Cómo se instala un SSD en un iMac

Si hay un podcast reconocido y respetado sobre temática Apple en nuestro país, este es sin duda TerritoriMac. Por eso, cuando supimos que que le íbamos a instalar un SSD al iMac de uno de sus miembros quisimos inmortalizar el proceso y compartirlo con vosotros.

Albert Navarro, que tiene una productora de audiovisuales y es miembro de TerritoriMac, contactó con nosotros porque su iMac de 27" de mediados de 2011 le andaba lento a pesar de haberlo ampliado ya con 20GB de memoria RAM. Básicamente utiliza el equipo para edición de vídeo profesional así como grabación y producción de audio (él es una de las voces más famosas de los anuncios de radio de nuestro país, seguro que le habéis oído más de una vez).

Albert se planteó la compra de un equipo nuevo pero insistimos en que había algo que debía probar antes: Instalar un SSD al iMac 27". Instalación que nunca dejaremos de recomendar debido a las grandes ventajas que ofrece, ventajas de las que os hemos hablado en más de una ocasión desde el Blog de Macnificos. Albert fue reticente al principio pero, después de ver el resultado, ha quedado contentísimo.

El proceso de montaje lo estuvimos grabando y hemos hecho un vídeo resumen que queremos compartir con vosotros. ¿Nunca habéis visto las tripas de un iMac? No perdáis detalle, sólo dura 6 minutos:

Como sabéis, cada modelo de Mac tiene unas características peculiares y unos requerimientos a la hora de instalarle un disco SSD. Hace meses escribimos una extensa guía (que vamos actualizando) donde explicábamos las distintas opciones con cada modelo de Mac. Aquí la tenéis.

En el caso concreto del iMac del vídeo, se trataba de un iMac de 27" fabricado a mediados de 2011. Este iMac cuenta con 3 conexiones SATA, pero con distintas características:

• 1 Hard Drive Interface a 6.0 Gbps Serial ATA (SATA III) para el disco duro
• 1 Hard Drive Interface a 6.0 Gbps Serial ATA (SATA III) que está libre.
• 1 Optical Drive Interface 3.0 Gbps Serial ATA (SATA II) donde está conectada la unidad SuperDrive

Como veis, en este modelo concreto no es recomendable instalar el disco SSD en lugar de la unidad SuperDrive, ya que la conexión SATA tiene una interfaz con una velocidad de 3.0 Gbps, con lo que no obtendríamos todo el rendimiento del disco SSD.

Así que las opciones para este modelo se reducían a dos:

1. Instalar el SSD en lugar del disco duro mecánico.
2. Instalar el SSD en la conexión SATA libre, ubicándolo en el espacio que queda detrás de la unidad SuperDrive.

La opción que escogió Albert fue la segunda, manteniendo el disco duro mecánico, manteniendo la SuperDrive y añadiendo el disco SSD, un disco duro SSD SATA III.

Para aprovechar todas las ventajas del disco SSD instalamos el sistema operativo en el SSD y lo marcamos como disco de arranque, quedando el disco duro mecánico de origen como disco de datos, sin el sistema operativo.

Sólo en el arranque, el iMac de Albert pasó de tardar más de un minuto a arrancar en tan solo 18 segundos. Una instalación que bien merece la pena, ¿no creéis?